martes, 22 de junio de 2010

I have my own personal psico


And I love him

OLPC made in china


Divirtiendonos un ratito en Bahía con la aplicación de la carita que habla como Stallman jajajajaja :D

Asking

Dear Life:
GIMME A BREAK.
Please.
Thank you very much.

lunes, 14 de junio de 2010

Fiction / non-fiction

Humo

No llamaba la atención, excepto por el pañuelo que llevaba en el cuello. No era ni elegante ni lindo, pero se hacía notar.
Bailaba ella y bailaba el pañuelo, de un blanco gastado y un negro arratonado, de nudos desarmados y vueltos a armar y de lluvias, vientos y soles vividos.
Poca noche, tenía el pañuelo, pero calle le sobraba. Y ella no era ella sin él. Era liviano sobre sus hombros y cálido sobre su cuello.
Bailaba el pañuelo y bailaba ella.
Tenían sed, ambos, y con esa excusa, se acercaron al chico que estaba apoyado sobre la barra. Haciendo de cuenta que no lo habían visto, se estiraron al lado suyo y le pidieron al barman un vaso de agua.
El chico de al lado les puso la mejor de sus sonrisas y les preguntó algo que no entendieron.
-Perdón?
-Que si te puedo pedir un favor enorme.
Mientras lo decía se acomodó una de las rastas, y volvió a sonreir. Por el brillo, se sintió como si se hubiera hecho de día en una milésima de segundo.
"Depende cual sea el favor..."; el pañuelo le tiraba letra y ella repetía, confiada.
-Como te llamas?
-Clara -eso lo respondió sin ayuda.
-Clara. Si me conseguís un pucho, no me olvido nunca más de tu nombre.
Sonrió de nuevo. Parecía no poder parar de hacerlo. Le hablaba demasiado cerca, como refugiandose de los ruidos del lugar.
-No fumo.
-Y tus amigos?
-Tampoco.
-Sos divina. Perdón, te lo tenía que decir. Tu pañuelo se hizo notar toda la noche -si hubiera podido, se hubiera sonrojado, él que se hacía el duro. -No me quería acercar antes, por si tus amigos se ponían celosos. Pero ya que viniste...
-Gracias. Perdoná, nos tenemos que ir.
Casi que tenía vida propia, el pañuelo. Ella hablaba en plural sin darse cuenta y señalaba a sus amigos, para disimular.
-Si querés te compro algo para tomar -el chico era insistente, además de lindo, y a ella le costaba negarse. Un zumbido en el oído la bajó a la Tierra otra vez.
-No tomo, pero gracias.
Con una mueca, casi una sonrisa, se dio vuelta y volvió con sus amigos. Estaban buscando sus abrigos para irse, pero no parecían tener apuro. Les pidió que la esperaran un minuto, y siguiendo una brasa, se deslizó sigilosa hasta el fondo del lugar. Siguió tras la brasa hasta que los perdió de vista. El pañuelo parecía contarle un plan que ella llevaba a cabo a la perfección.
-Disculpá, tenés fuego?
El ente portador de la brasa frenó en seco y se dio vuelta. La miró de arriba a abajo, escéptico. Sacó un encendedor del bolsillo y lo prendió.
-Y qué prendo?
-Ah, eso, también. No tendrás un pucho?
Sonrió de costado, casi maliciosa. No pudo evitarlo. Se acomodó el pañuelo, después el pelo, y puso cara de nena buena.
-Te lo merecés?
Lo que le faltaba; tener que actuar para conseguir algo que ni siquiera sabía usar. "Quién me manda?" pensó.
-Por supuesto. La más grande de las sonrisas, falsas, claro, las que mejor le salían, dibujó sus facciones y parece, dió resultado. En ese momento nació una nueva brasa. Ella, misión cumplida, giró sobre sus talones y la guió hasta sus amigos. Les dijo que estaba lista.
Caminaron hacia la puerta.
Hizo una pasada por al lado de la barra, humo en mano, estiró el brazo y el dueño de las rastas pareció derretirse y convertirse en una masa gelatinosa mientras estiraba el suyo para recibirlo.
Sin decir una palabra, con un gesto que rozaba entre la autosuficiencia y la arrogancia, ella y el pañuelo siguieron su camino y llegaron a la puerta, su destino final.
Cruzaron.
Sus amigos la esperaban afuera.
-Que fue eso?
Suspiró.
-Es que... era tan lindo.



After all, how many times can a heart be mangled, and still be expected to keep beating?


He held still. He looked at her, whose determined expression and black, deep eyes seemed like be burning in fire.
His movements were soft but decided, like the tamer who is coming closer to a beast. He was a man, he told to himself. He could handle this.
She was looking at the floor, lost in the lines of it. She dared not to look at him. He came closer, and closer, holding his breath, and when he was close enough, put her arms around here and leaned over a bit.
She took a deep breath. The deepest she had ever took, she thought to herself and she internally laughted. But outside, she couldn't make a move. Paralized, she kept breathing, trying to get all the air that she could catch, as if the world were going to run out of it and she wanted to take as much as she can. Her chest was full, not only with air, and that was keeping a distance between them. It was comforting, and at the same time, painful.
-God, you make me feel so alive. - She spoke slowly, and in her voice, you could tell, thousands of needles were travelling, with the only aim of penetrating her skin, her lungs, her heart, her soul. - So much that it hurts.
She felt her eyes going wet and wanted to control it. It was already a dangerous move, as to worsen it with tears.
She took another one of those deep breaths, she wanted the air to get to her bones and wrap them up, otherwise, she felt, they were going to disolve and she would collapse. She spoke again.
- And life is already too painful without you there. I'm not sure I can feel that much and still get out of it alive.
Tears were coming out already, making their way through her cheeks and the corners of her mouth, dancing happily around her neck. She didn't even noticed. For that she was too busy, feeling.
She couldn't say another word. Neither could he. They stayed up, one against the other, each trying to keep their own feet on the land, which wasn't there anymore. The walls were gone too, and so was the roof. They were only held in that position only due to the effort the other one was doing, in order not to fall. They were like floating in a sea of extremely aching. Thoughts and sensations, into their minds, were killing them slowly. They were alone, but at least, they were together.
Some sort of electricity hit them everytime they remembered who they were with.
They couldn't feel anymore.
But at least, they had each other.

viernes, 11 de junio de 2010

Otro afano disfrazado

Otro post (ajeno) que me gustó mucho y quería subir. Ésta vez, visto en el blog de Juan Hundred.



Tiempos muertos

Los tiempos muertos. El tiempo que esperaste en la sala de embarque de cualquier aeropuerto. El tiempo que esperaste, valga la redundancia, en la sala de espera de un médico que no tenía la más puta idea de lo que a vos te pasaba, ni le interesaba. El tiempo en el dentista, con la boca abierta. El tiempo en la cola de la caja tres del supermercado de tu barrio, mientras alguien peleaba porque en el diario decía que había una promoción, tres aceitunas de regalo si uno compraba una botella de Gancia. El tiempo que esperaste en cada semáforo, como peatón, primero, como conductor, después. El tiempo que esperaste en esa esquina a la chica que no vino (para vos, mamucha). El tiempo que esperaste que el mozo cansado hasta el aturdimiento te trajera agua con gas cuando pediste sin gas, y viceversa, y viceversa tantas veces como sea necesario.
Con todo ese tiempo, puesto en una actividad, aprender a tocar el piano, por ejemplo. Ahora sabrías tocar el piano, serías un experto, podrías tocar bellas melodías, bucear en las honduras del jazz, emocionar con una resignada caricia de blues, entretener a la gente, hallar, quizás, algún consuelo. También es cierto que seguirías siendo más o menos el mismo pelotudo que sos ahora. Eso no se arregla ni con todo el tiempo del mundo.

miércoles, 9 de junio de 2010

3 años

Si señor, 3 añitos de bló.
No sé, no tengo nada muy importante para decir.
Otra vez las etiquetas se fueron al carajo en materia de desorden, estoy en una crisis creativa y no puedo escribir nada nuevo, en fin, está descuidado el pobre.
Pero descuidado y todo ya lleva su tiempo acompañandome en todas. Por eso y por muchas letras, palabras, frases, párrafos y posts enteros más, feliz cumpleaños, Salinicious <3

Moly.


Edit:
[01:35] sere mirá
[01:35] sere http://salinicious.blogspot.com/2010/06/3-anos.html
[01:35] sere mi barba tiene 3 pelos
[01:35] sere y mi bló, 3 anos
[01:35] sere (por no decir q es una mierda :B)

jajajajajaaa

lunes, 7 de junio de 2010

Bolsos

Qué dirá de mi, el hecho de que nunca puedo desarmar el bolso cuando vuelvo de viaje? Que haya vuelto por última vez el 27 de Mayo y siga intacto? (Qué en realidad, ya estaba armado cuando me fui el 20, porque no lo había desarmado cuando volví el 18 de abril, y antes, el 31 de enero?)
Dirá acaso, que me niego a volver? O que necesito estar siempre lista para una nueva partida?
En cualquiera de los casos, me di cuenta que estoy en conflicto con mi placard y todo lo que hay adentro. Esas cosas que no uso y que me niego a mezclar con el contenido del bolso, mi atuendo "en circulación".
Wathever.
Sección de comentarios abierta a reflexiones; sólo por hoy, 2 por 1 en Salinicious! Déje un comentario y llévese lo que quiera.. (de mi armario).

domingo, 6 de junio de 2010

Losin' my religion


"Creo que la gente que necesita un dios es porque no ama profundamente y no se entrega a una persona."

Sabias palabras, mi pequeño Padawan.
¿Porqué será que no me extraña? :)

sábado, 5 de junio de 2010

Relato robado

Me gusta mucho este texto que encontré en el blog Incendiario, así que lo comparto con ustedes, fantasmagóricos (y/o no tanto) lectores. Enjoy!



Bailo solo

Si uno no quiere, dos no bailan. Así me dijeron.
Pero vos pensá que yo no puedo ir a decirle "megustásycreoquemepasaalgoconvos,
yasequenoteconozcoperobueno,
quequeresquehaga". Yo no puedo bailar con Él.


Ahora, si uno quiere, uno baila. Yo no necesito partener. O hago como que no lo necesito. O no sé, esto no es un pas de deux, no por el momento.

Entonces yo, viendo con los ojos cerrados, en mi más bello acto suicida, abro el cajón y les digo a mis sirenas que me canten. Y cuando sus voces femeninas, etéreas, metálicas, empiezan a zumbar en mis oidos, yo me subo a la nube de mi colchón y empiezo a bailar.

Con los ojos ya abiertos, pero ciegos, bailo solo. Bailo en el silencio de mi cuarto, en la intimidad de mi cuerpo. Y río. Río con todos mis dientes. Y lo llamo con toda mi boca. Solo, en la oscuridad cerrada.

Es ahí cuando empieza a morir la oscuridad. Y las antorchas, como llagas, en las manos de ese que en un momento supo incendiar la ciudad, poco a poco empiezan a evaporar su humedad. Muy sutilmente, como en renaissance, van iluminando la habitación.

Y yo sigo riéndome, drogado por el sonido, riéndome de las sirenas que creen que les tengo miedo. Y bailo, y lo llamo. Invento un tornado que aviva el fuego de mis manos.

Yo voy a incendiar la ciudad. Hallelujah.

jueves, 3 de junio de 2010

Había una vez, una flor.


"ella es como una flor muy delicada y necesita muchos cuidados, pero es muy hermosa y vale la pena"