domingo, 27 de febrero de 2011

Orden

Ni limpiando tu mochila ni sacando la basura vas a lograr acomodar tu cabeza, no. Lo que estaba ahí dando vueltas adentro tuyo sigue ahí, los que se sienten mejor ahora son la mochila y el tacho, liberados y limpitos. Teniendo un gato no vas a superar ese amor que no puede ser, lo único que vas a tener es comida para gato por toda la casa. Lavando los platos no lavas tu alma, y comiendo no la llenás; lo único que tenés son las manos limpias y la panza llena, pero nada más.
De alguna forma vas a tener que sacar todo eso que sentís, que te quema por dentro y no quiere irse. Quedandote sentado no vas a conseguir que se acumulen las ideas en el fondo del vaso que tenés por cabeza, solamente van a aplastarse y no vas a saber por donde empezar.
Hablá. Pintá. Escribí, dibujá, cantá. Programá, hacé deporte. Y seguí hablando, yo quiero saber lo que te pasa, capaz puedo ayudarte.
Confiá en mi.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Sos real?

Pío pío.

Más de una vez me pasa que conozco a alguien y tardo muy poco en idealizarlo, o más bien todo lo contrario. Bueno, depende de si consideramos idealizar como formarnos una idea de alguien, cualquiera sea, o como convertirlo en un ideal. A lo que yo me refiero es al primer caso. Con los pocos datos que reúno sobre la persona armo una idea de lo que puede llegar a ser, sentir, hacer. Tengo un cuadro completo de quien miro, o creo tenerlo, hasta que mirando de cerca descubro que faltan pinceladas que dejan espacios en blanco, que a simple vista no se notan.

Descubro que esa persona quizás es, siente o hace más (o menos) de lo que yo pensaba. Que puede tener intereses muy diferentes a los que muestra. Que puede ser más frágil (o dura) de lo que deja notar.

Y te acercás más. Y te das cuenta que tiene más de una cosa buena para dar que probablemente no está dando. Y te das cuenta que tiene más de un error que podría arreglar, también, pero es un poco lo que le da el encanto. Eso que te hace colgarte mirándolo y pensar, no sería tan genial si fuera de otra manera.

Lo que pasa es que es poco usual que llegue a esa etapa, a la parte que te acercás y ves todo eso y te sigue gustando lo que ves, aunque sea diferente a lo que viste en un principio. Pocas veces llego a conocer al otro, pocas veces me animo a adentrarme en su mundo, a ver las cosas desde sus ojos, a preguntar, a aprender de lo que me diga, a escuchar como si nunca hubiera escuchado a nadie.
Pero me cansé de ver tantas caras y ni una mirada.
Me di cuenta que quiero llegar a la gente, que quiero dejar una marca, aunque me cueste tiempo, en esos que dejan una marca en mi desde el primer día. Quiero escuchar las historias que tienen para contarme, reírme o regalar una sonrisa comprensiva o un abrazo quizás, y crear algunos recuerdos y algunas historias que yo voy a poder contarle a otro.

Pío.

Si, somos tan reales como todo eso que nos rodea y también como todo eso que imaginamos. Sos tan real, tan de carne y hueso, y también tan frágil como te vi. Y tan duro como una piedra. Y tan tan.
Y yo no pude resistirme a conocer eso.
El primero de la lista. Espero que no el último.