viernes, 1 de octubre de 2010

Tarde

Tarde se me ocurrió repasar mi 2009 (comenzado a escribir en febrero, terminado en octubre, y sí, leyeron bien, 2009). Yo que sé, estoy aburrida. Asíque voy:

Enero suele ser un buen mes y no fue la excepción. Fue el principio de algo que hoy no puedo creer que amo tanto, que llegó tan lejos y que apuesto a regar todos los días con una sonrisa para que siga creciendo. Fue el mejor viaje del año incluso aunque no haya terminado del todo bien. Fue aprender que las cosas que no me hacen bien, es mejor dejarlas de lado, empezar a tomar distancia de a poco para que no sea abrupto el cambio, pero con firmeza y convicción, porque sirven, y argumentos, porque sobran.

Febrero fue un poco sobrevivir en el descontrol físico y emocional de las decisiones y eventos sucedidos el mes anterior. Fue sacarme un capricho que tenía encima hace 1 año (y no disfrutarlo del todo, pero el olorcito a victoria siempre es dulce), y la decisión de alejarme por completo de otro capricho, que tenía hace 7 años. La mejor que tomé en mucho tiempo. Además me anoté en la Malharro, totalmente improvisado y repentino pero nunca estuve tan segura de querer algo. Tanto que pasé la noche en la puerta de la escuela para poder entrar en una de las 10 vacantes que quedaba. Ahh, también fue el mes de las cagadas, pero hagamos de cuenta que eso nunca sucedió :P

En Marzo aposté fuerte con un viaje que no sabía como iba a salir, y no me arrepiento. Conocí un grupito de gente increíble que me iba a cambiar el curso de las cosas y el punto de vista de muchas otras, fue el capítulo dos de eso que empezaba en Enero sin yo prestarle mucha atención, y qué manera de cerrarlo! Sin duda me gané los mejores abrazos de todo el oeste, y los tenía bien merecidos. Cuando volví me comí todas las puteadas habidas y por haber y un castigo nada merecido, y empecé la FOBA en la Malharro. Debe haber sido el curso más flashero al que entré en mi vida.

Abril pasó bastante sin pena ni gloria, creo. Me saqué de encima un problema que tenía hace varios meses, producto de un mail que me llegó y practicamente se respondía solito. Obviamente que pegué LAS puteadas antes. Pero está bueno cerrar las cosas y era el momento de dejar ese temita atrás. No la extraño. También tuve cierto grado de participación extrasensorial(?) en cierto evento latinoamericano que organizó gulBAC en Mar del Plata y fue mi segundo acercamiento al grupo, con resultados sumamente positivos.

Mayo no fue un mes con demasiadas cosas que rescatar, pero tampoco fue la peor de las porquerías. Fui por primera vez a ArteBA, la muestra de galerías de arte más grande de Argentina, en una suerte de "viaje de estudios". No viajó ninguno de mis compañeros asíque no dejé de molestar a los profes que fueron, saqué muchas (demasiadas) fotos que todavía miro y me encantan, creo que nunca corrí tanto como ese día, con los ojos como el 2 de oro (por las cosas GENIALES que había, y por las basofias también).

Llegando Junio ya me preparaba para viajar a Jornadas del Sur, o al menos empezaba a encapricharme con la idea. Entre delirios fotográficos no paraba de extrañar y no sabía para donde correr. El frío me consumía el cerebro y pensaba, no paraba de pensar. Creo que Junio me lo pasé pensando porque la verdad, no recuerdo si hice mucho más. Ah! Filmé un corto sobre un huevo cornudo y participé no-tan-activamente de la organización de un evento de SL con los queridos compatriotas de la república de gulBAC.
Me pelié con una cantidad increíble de personas ese mes y tuve la decencia de reconciliarme con otras, pero duró poco. Con cierto ser humano en particular tuve más idas y venidas durante el año que el tren mdp-baires, y Junio fue uno de los puntos de quiebre.

Julio trajo la porcina que empezó a romper las pelotas y me semi-cagó las vacaciones (o al menos intentó). La mitad de los parciales que tenía que rendir se suspendieron "hasta nuevo aviso", igual que las clases en absolutamente todas las instituciones educativas. La gente corría por la calle con barbijos y si veía un cerdo lloraba, ni hablar si alguien tosía o estornudaba en el bondi. También se mudó mi abuela (no es relevante, pero me gustan las mudanzas ajenas).
En otros terminos, mi embole era tal que construí por primera vez la famosa "trinchera", consistente en un colchón doblado sobre mi cama, con la cabecera invertida y una pila de almohadones abajo, para lograr la máxima ergonomía y comodidad. Luego, pelis e IRC acompañaban cual buen vino al asado (aunque justo el ejemplo no me guste). Gracias a tener tanto tiempo al pedo, terminé haciendo algunas "locuras" tales como migrar de sistema operativo por teléfono(?) y rompiendo mi flamante nuevo Debian a los 3 días de tenerlo. Además, en "ese" sentido fue uno de los meses que repuntó todo. No lo podía creer.
No iba a sacrificar ese viaje que llevaba esperando medio año, ni aunque vinieran los mismisimos tres chanchitos con el lobo a querer tirarme la casa abajo, asique más esperanzada que nunca hice llamados, conseguí plata de las formas más extrañas y sospechosas, lloré, puteé, cuando eso dejó de servir jugué a ser la nena buena. No perdí el tiempo. Puse excusas, mentí y finalmente me salí con la mía. Esa mañana me pasaron el número de teléfono que yo necesitaba, alrededor de las 9am. A las 18hs y después de muchas llamadas, muchos si, no, puede ser, confirmé todo lo que necesitaba para emprender la retirada. Fue el viaje que más rápido armé en mi vida, todavía no sé ni como hice pero evidentemente motivación no me faltaba. Pocos días antes de terminar el mes, nos fuimos. Capítulo 3, y no me equivocaba poniendole todas mis fichas.
Otra cosa irrelevante que sucedió fue la creación de mi cuenta de Twitter.

Agosto lo empecé en el pueblo poseedor de los mejores cielos del país, rodeada de las mejores personas del mundo. Fueron pocos los días que estuve allá pero no me podía quejar, podrían haber sido menos. Cuando me iba me quedó gusto a poco por varios motivos y un dejo amargo por el mismo motivo que en Enero. Back in MDQ, la facu era una locura y la vida "normal" no mejoraba ni empeoraba. Asíque me dediqué a pintar mucho, y a mitad de mes corté con otro viaje, esta vez a Jornadas del Sur. Conocí una cantidad increíble de gente (también increíble) que no sabía por los caminos extraños que me iba a llevar la vida ni la relación copada que iba a encarar con muchos de ellos. Me fui prometiendo volver al año siguiente. Y cerrando el capítulo 4 de la increíble historia que empezara junto con el año. Más que conforme. Casi terminando el mes me fui una tarde de finde a Necochea y llevé a cabo una de las cararroteces más grandes de la historia, durante un viaje que nada tenía que ver con la misma en un principio (jajaja si, fue el mes de los viajes). Además me vino a visitar mi ahijada de Buenos Aires con mis tíos :)

Septiembre tuvo demasiadas cosas en las que no pienso extenderme. Estuve pintando, con bloqueo de fotógrafa, organizando Software Freedom Day con los chicos de gulBAC (esta vez sí de manera activa), dejando entrever un poco de debilidad respecto de cierta cosita que se venía cocinando hace tiempo. Fui a ver por primera vez en mi vida (y conciente de ello) una obra de teatro, y como soy capa fui dos veces. Me deprimí más veces de las que comí helado, escribí más de un rollo de papel higiénico sobre ciertas cuestiones que me azotaban el cerebro. Y después, una idea alocada en mitad de la madrugada y un llamado a un celular de otra ciudad cambió por completo el rumbo de mi año y mi vida, aunque no lo sabía. Di un paso gigante que pareció hacer un click y dar comienzo el capítulo 5. Y dejó de depender de mi que el barco se mueva, dejé de ser el esclavo que tenían encerrado en el hueco ese remando y remando, para pasar a ser el capitán de una nave que se movía por el simple placer de entregarse al viento. Y por si fuera poco, conseguí timonel, por si acaso nos llegabamos a desviar.

Lo increíble de Octubre fue que llegó zarpadamente más rápido de lo que esperaba. Llena de miedos pero también de convicciones y seguridades me tiré sin mirar a una pileta que estaba semi-vacía unos meses antes, pensando que me iba a romper el coco en 10mil, pero lo único que descubrí es que encima de estar llena de agua era climatizada. Terminé el capítulo 5 de aquella misteriosa historia como una reina, viaje mediante, segura de lo que hacía y de que iba a llegar a buen puerto, a pesar de que me lo discutieran un poco. Dejé 3 materias de la Malharro y me quedé libre en otras dos, pero le di poca importancia. Vi (también dos veces) mi segunda obra de teatro, con un poco más de interés porque esta vez, los actores eran mis amigos (y no es ningún intento de metáfora). Pinté mi primer cuadro en calidad de regalo, retomé mis pésimos hábitos alimenticios, y mis brain soldiers me jugaron sucio, pero por algún motivo no puedo recordar que hicieron exactamente. Sólo sé que no ganaron y a muy poco de terminar el año, por fin sabía lo que quería y estaba feliz.

The fifth of Noviembre le dió paso a uno de los cuadros que más me costó pintar y a uno de los que más me gusta como quedaron. Me pasé horas de mi vida comiendo cereales frutales con forma de anillito y otros de avena con forma de osito, empecé a vivir en horarios sumamente extraños para mi (en esa época) y di mi primer charla, recibiendome así de chanta. Atraje al troll más aclamado en la historia de gulBAC a nuestra morada secreta, comí facturas calentitas y toqué el cielo con la cámara. Guioné y filmé mi segundo corto (no mío sólo, obvio), abrí otro blog, tuve sueños extraños y un año después de "ese" día caí en la cuenta de que en un año pueden cambiar demasiadas cosas. No tenía idea de todas las que iban a cambiar después.

Diciembre fue el último mes del año, para variar(?). Terminé el ciclo académico a duras penas, con una desorganización la mar de gigante y unas ganas de no hacer nada que prendía fuego cosas con la mirada (casi literalmente, porque para esas épocas prendí fuego el famoso elefantito calcinado). Mis gustos musicales ya estaban un poco transtornados, y mi necesidad de escapar de mi ciudad natal, como siempre, eran inmensas. Asíque decidí hacer algo diferente y me fui a pasar las fiestas a la ciudad de la furia. Me gané un kilo de helado en una apuesta estúpida, compré y leí varios libros, desarrollé un sentido de sentirme bien usando vestidos que ha cambiado mi modo de ampliar mi placard y terminé el último segundo del último día del último mes del año sacandole fotos a un muñeco de papel madera prendiendose fuego en las calles de un barrio que no paro de amar, con la gente que más ganas tenía de ver desde febrero, mirando arder bajo la llama de un encendedor un papelito con mucho significado, y un boleto de tren en el bolsillo que, sin importar que decía en "Destino", estaba lleno de pilas.

No hay comentarios.: